A la hora de montar una start-up es necesario encontrar financiación para poder empezar a dar vida a tu negocio. Conseguirla mediante préstamos bancarios o inversión privada no suele ser opción en una fase de vida tan inicial. Por ello, la mayoría de startups recurren a la financiación FFF.
En capital riesgo (o Venture Capital), quizás has leído que el primer recurso que tiene el emprendedor para abrirse camino y lanzar su start-up es la fase de financiación FFF.
Estas siglas hacen referencia a las palabras inglesas Family, Friends and Fools, es decir, familia, amigos y “tontos o locos”. Aunque este último, dependiendo del proyecto, no tiene porqué ser una mala decisión. Es decir, hace referencia al círculo más cercano que da dinero al emprendedor para poder empezar el proyecto.
COSAS QUE HAS DE TENER EN CUENTA
Se ha de tener mucho cuidado ya que el riesgo de perder el dinero es muy alto, ya que nueve de cada diez startups no llegan a los tres años de vida. Por este motivo, es recomendable informar muy bien de esto y pedir sólo dinero que no necesiten.
A los inversores profesionales no les gusta eso, ya que puede provocar que la compañía esté demasiado repartida. Por eso, lo mejor es que todos estos socios minoritarios se sindicalicen y tengan un solo representante. De esta manera, de cara a estos inversores, sólo aparecerá un inversor minoritario. Por el otro lado y a nivel privado, ya se pacta cuantas participaciones tiene cada uno.
El emprendedor tiene la obligación de que este dinero sea gestionado de una manera adecuada y eficiente. El objetivo es sobrevivir, con lo que es necesario una planificar este dinero para validar el modelo de negocio.
De la misma manera, es importante que el emprendedor sea transparente con los inversores, y les vaya comunicando que avances se van produciendo y el estado de la empresa.
También, es interesante puntualizar que es importante saber escoger a quién pedir dinero. Habrá inversores que te ayudarán y guiarán a lo largo del proyecto; otros que querrán ser activos en la gestión. Siempre es interesante tener un inversor con conocimiento de la industria o uno que ya ha invertido previamente en otra start-up.
BENEFICIOS
Uno de los principales beneficios de la fase de financiación FFF de la start-up es que:
- No existen plazos ni intereses: Estas aportaciones que hacen el círculo más cercano no busca obtener un beneficio económico de su aportación, por lo que no solicitarán intereses ni plazos rígidos. Es más, ya aportan el capital sabiendo que muy probablemente sea a fondo perdido.
- Fácil de convencer: Como hemos mencionado antes, es bastante fácil de conseguir ya que el vínculo emocional es la principal razón que lleva estos inversores a aportar a la nueva empresa, a pesar de todo el riesgo que conlleva. Es decir, no suele haber una valoración excesivamente exhaustiva.
- Suelen ser independientes: Como no buscan beneficio económico, suelen ser independientes a la toma de decisiones. Otros inversores se involucran, pero como los que forman la financiación FFF solo quieren ayudarte, no querrán tener control sobre la empresa.
CONTRAS
- Fracaso Empresarial: Como bien hemos dicho antes, nueve de cada diez startups fracasan en los primeros 3 años. Esa falta de juicio a la hora de invertir puede hacernos invertir en un proyecto que no va a prosperar.
- Obstáculos en la toma de decisiones: Aunque no suele ocurrir, algunos inversores pueden tener la intención de ayudar. Este puede intentar colaborar en la toma de decisiones dificultando esta misma.
- Inversiones pequeñas: Quizás es un capital fácil de acceder, pero las cantidades que recibimos son de pequeñas cuantías. Eso significa que nos permitirá empezar, no no avanzar mucho más.
- Perder la relación: Hay un riesgo de poner fin a la relación entre la persona de confianza y el emprendedor. Desgraciadamente, mezclar amistad y negocios puede tener consecuencias irreparables, siendo probable que esta relación se termine. Por eso es importante mantener una comunicación abierta y transparente con nuestros inversores para evitar estas situaciones.
Por lo tanto, la financiación FFF es necesaria para arrancar en la mayoría de casos, pero hay que ser conscientes de los riesgos que tienen.
Si quieres más información sobre la actualidad de Venture Capital, no pierdas nuestro post sobre qué has de tener en cuenta para invertir durante el COVID-19.